Como elegir una buena alfombra
Aconsejamos el siguiente plan de mantenimiento para sus alfombras muro a muro:
Diariamente, la acumulación de tierra, arena y polvo, debe ser extraída por aspiración. Además, en el caso de producida alguna mancha (por lo general, éstas se producen en los lugares más expuestos), debe limpiarse en el día o en el momento de producida la misma.
La acumulación de suciedad, no sólo provoca decoloración, sino que además, tiende a provocar la pérdida del brillo de su alfombra. La grasa y el polvo tiende a separar y aplastar el hilado. Una correcta elección de los colores en los lugares de mayor tráfico, evitará la rápida pérdida de apariencia especialmente cuando la alfombra está colocada en lugares cercanos a exteriores. Las alfombras de dos o tres colores en boucle son una excelente elección para vestíbulos de hoteles, restaurantes, cines y lugares expuestos a las condiciones más duras de uso. Los colores lisos y claros son adecuados para lugares donde el tránsito no es demasiado intenso.
Aconsejamos la siguiente frecuencia de limpieza:
Areas de alto tráfico | aspiración diaria |
Areas de tráfico medio | tres aspiraciones por semana |
Areas de tráfico moderado | una o dos aspiraciones por semana |
Lavado General
Se recomienda realizar una limpieza profunda que rejuvenecerá su alfombra, realizando un lavado profesional con máquinas a agua caliente (limpieza a vapor), asegurándose de que no queden residuos de detergentes y que la temperatura del agua no supere los 60º. No acepte la aplicación de productos químicos. El plan de lavado general recomendable es el siguiente:
Casas de familia: | una vez al año |
Oficinas privadas: | cada 6 meses |
Bancos y oficinas públicas: | cada 4 meses |
Restaurantes y bares: | cada 3 meses |
Cómo limpiar la manchas
Si son líquidos, absorba con esponja o paño lo que pueda, sin frotar y comenzando de afuera hacia adentro. Si el material es sólido, use una cuchara o la cara plana de un cuchillo para levantar lo más que pueda del mismo. Complete la limpieza con un trapo limpio, con una pequeña cantidad de agua y unas gotas de detergente neutro (el usado para ropa fina). Repita este procedimiento varias veces, siempre de afuera hacia adentro, y cambiando varias veces el trapo por uno limpio. Cuando la mancha desaparezca, pase una esponja o trapo con agua y luego seque el área humedecida con una paño seco o secador de pelo (calor moderado). Por último con la alfombra seca y fría concluya el procedimiento cepillando suavemente los pelos del área tratada, para volverlos a la posición original.
Cómo tratar las manchas rebeldes